Jirones en el tintero.

Vale, aquí hay relatos.
Relatos antiguos y relatos recientes.
Relatos que serán —o ya son— parte de algún universo concreto (dentro de mi cabeza).
Relatos que me gustan, o que quizá no tanto, pero a los que les tengo cariño por algún motivo.
En resumen: unos cuantos relatos hijos de las circunstancias, la vida, los sueños, las idas de pinza…
Como son bastantes, los he agrupado (de momento) en apartados que he llamado Espejos, Ventanas y Distorsiones.
¿Con qué criterio? Buena pregunta. En mi cabeza todo está muy claro, pero si te lo explico puede que pienses que no sé lo que hago (y seguramente tendrás parte de razón). Pero oye: aquí hemos venido a jugar.
En los relatos espejo, verás personajes, personas o situaciones que nos reflejan de algún modo. Sin aditivos: sólo realidad.
En los relatos ventana, hay un tono más ligero, más amable (espero que logren esbozarte una sonrisa o, al menos, que no les des demasiadas vueltas).
Y los relatos distorsión son como los espejo… pero con algo añadido: un elemento extraño, externo o incluso mágico.
Y luego están Redención y Diario de un apenao, que recogen relatos dentro de un mismo universo.
¿Puede que haya más apartados en el futuro? Los habrá, te lo aseguro. En mi cabeza ya hay unas cuantas divisiones más. Solo dame tiempo.
Por último, en La trastienda, hablaré de algunos relatos, de cómo los escribo, de mis personajes, de lo que se me pasa por la cabeza cuando escribo o de por qué escribo una cosa y no otra. Un cajón de sastre, vaya. Espero que te resulte interesante.
Ojalá sientas curiosidad.
Y ojalá seas benevolente con lo que hay —y habrá— aquí.
Desde luego, está hecho con mucho cariño y mucha ilusión.
Los resultados ya los iremos viendo juntos, ¿no?
Ah, y gracias por pasarte.